Íleo miró a Kaizan, quien lo observaba con preocupación grabada en sus ojos.
—Esto es extremadamente preocupante —dijo Kaizan—. Necesitamos abandonar este lugar lo antes posible.
—¿Esto realmente sucedió? —Anastasia preguntó nuevamente sin creer que todo hubiera pasado realmente. Estaba segura de que era definitivamente una pesadilla—. ¿Si sucedió, por qué no puedo recordar? ¿Me estoy volviendo loca? —Un ceño fruncido se asentó en su rostro.
Íleo alisaba el ceño con su pulgar y presionó un beso en su frente—. Te vi dentro del círculo de —su voz se quebró. Empujó el nudo en su garganta y tomó una respiración profunda—. Pero te las arreglaste bien, Anastasia. Destruiste el portal.
Al principio ella lo miró con ojos grandes y una ceja levantada como tratando de absorber sus palabras. Luego su mano se lanzó a su boca—. ¿Destruí el portal? —Su piel se erizó con la piel de gallina.