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El sonido de alas batiendo—aquel al que se había acostumbrado tanto en Zor'gan... las alas parecidas a las de un murciélago que emitían un olor fétido con cada aleteo era fuerte y cercano.
Anastasia giró y sus ojos se encontraron con las rendijas amarillas de su prima. Sus alas de murciélago batían en su espalda y cada golpe emanaba hedor.
—¡Puta sangrienta! —dijo Maple.
—Una respuesta entusiasta —siseó Anastasia.
Sin previo aviso una flecha silbó hacia ellos. Íleo giró y protegió el cuerpo de Anastasia con el suyo. La flecha lo golpeó en la espalda. Su cuerpo se sacudió y maldijo en ruso.
Un rugido furioso salió de su boca y la magia se desplegó. Su primera respuesta fue enviar magia en la dirección de la flecha. Se oyeron gritos fuertes en medio de exclamaciones de «¡León sangriento!»
—¡Has hecho un buen trabajo en los últimos días, prima! —dijo Maple con una voz tan peligrosa que los pelos de su nuca se erizaron.