```
Reth apenas iba a mitad de camino de la cueva cuando el grito de Elia atravesó el aire y casi se transforma, su corazón retumbando, latiendo en su pecho, parpadeando como si fuera a fallar ante el miedo que le atravesaba el cuerpo.
Voló por el resto de la cueva y entró en la cámara nupcial para encontrarse con una escena de horror.
Elia yacía en la cama, sus piernas elevadas sobre almohadas bajo las pieles. Su cuerpo se retorcía y su boca estaba abierta como si gritara, pero no hacía ningún sonido. Aymora estaba a la cabecera, murmurando consuelo e instrucciones, sosteniéndole la mano y usando la otra para acariciarle el cabello sudoroso hacia atrás, fuera de su cara.
Jayah se abrió paso junto a Reth, quien se había congelado en la entrada, tomando su posición al lado de Elia, corriendo las pieles para poder mirar y tocar la barriga de Elia.
Reth, sin palabras, impotente, con todo su cuerpo temblando, balbuceó —¿Qué puedo hacer?