—La amenaza de que Reth pudiera decir que no mantuvo a Elia al borde de las lágrimas —dijo ella—. Se sentía vulnerable y asustada de una manera completamente nueva... como si estar separada de él significara que algo estaba roto. Siempre lo había deseado, siempre había tenido pasión por él—y lo extrañaba, lo anhelaba cuando no estaban cerca. Pero esto era algo diferente. Una necesidad de él nacida no del calor del deseo, o incluso del amor, sino de la conexión.
—Él era la otra pieza de ella y sin él había estado incompleta.
—Sabiendo lo que enfrentaba y lo fácil que todo podía salir mal—reconociendo que podrían tener solo días juntos, que ella podría morir sin haber estado con él de nuevo—la aterró. No era su cuerpo el que lo necesitaba, tanto como su alma.