GAHRYE
Se despidió de Suhle y comenzó a regresar hacia la Ciudad Árbol. Una tensión efervescente lo consumía: la conciencia de que cada segundo lo acercaba más al momento en que finalmente daría el paso y regresaría a Kalle. Todo en él anhelaba no esperar más, simplemente hacer las maletas y partir. Pero sabía que tenía que ser prudente al respecto. No solo por no enfurecer a los osos, sino para que nadie notara su ausencia.
Ese era un día en el que debía mantenerse al margen y evitar ser visto por Reth o los otros líderes o Cohortes. Tenían que acostumbrarse a no verlo por un día o dos aquí y allá, para que cuando finalmente cruzara, no lo pensaran dos veces.
Así que tomó el sendero a través de la Ciudad que llevaba hacia el norte. Lo único que había allí eran los centinelas, algunos árboles de almacenamiento, y si tomaba la ramificación correcta terminaría en un sendero que se dirigía al noroeste y lo llevaría a la cueva deformada.