—Despertó por el dolor en su costado cuando intentó girarse —gimió y se giró al otro lado, topándose con un cuerpo cálido que se despertó sobresaltado.
—¿Reth? ¿Estás bien?
Su cabello caía sobre su rostro y su boca estaba abierta, con los ojos bien abiertos en la oscuridad mientras se inclinaba sobre él, apartando su propio cabello de su mejilla y tocando su pecho.
—Estoy bien. Tranquila amor, estoy bien —dijo, alcanzando con su brazo sano para apartar el cabello de su rostro y sobre su hombro—. Es bueno verte —murmuró.
Ella suspiró.
—Tú también. Me asustaste.
Él hizo una mueca.
—Sí. Lo siento por eso. Fue instinto llegar hasta ti y en mi forma de bestia no pienso de la misma manera
—No, Reth, me refiero a cuando te desplomaste. Aymora dijo que seguías transformándote incluso cuando no deberías y eso empeoró la lesión. Está preocupada de que puedas contraer una infección.
Reth murmuró unas cuantas palabras escogidas.
—Estaré curado en dos días y ella lo sabe —murmuró.