Las manos de Kalle comenzaron a temblar. Con la botella todavía en su regazo, agarró los brazos de la silla para ocultar su temblor. —De verdad que lo estaba
Un ruido extraño, como el de un gato enfadado, brotó de la garganta de Shaw. —Si lo tocas, si intentas siquiera poner tu mano a través de él, ellos te arrastrarán por completo y nunca… te… dejarán… ir... —gruñó.
Kalle tragó saliva. —¿Cómo sabes esto, Shaw?
—Porque lo intenté —murmuró sin levantar la vista hacia ella.
—¿Qué... qué quieres decir?
—Quiero decir que intenté cruzar. Lo deseaba con tanta fuerza. Leí todo lo que había disponible, no vi ninguna advertencia a lo largo de la historia para los Guardianes sobre cruzar—ningún cuento moral, ningún relato del juramento, nada. Se mencionaban acuerdos, entre el Anima y los Guardianes, pero no maldiciones. Pensé... pensé que tal vez se lo habían inventado...
—Yo también he notado eso —dijo Kalle en voz baja.