—Lamentablemente, no había visto a Reth o a su Cohorte antes de cenar. Había pasado un par de horas en el prado intentando idear formas de ganarse el corazón del pueblo. No quería hablar con sus compañeros sin al menos una idea... pero no se le ocurría nada. La verdad era que no sabía lo suficiente sobre los Anima para entender lo que disfrutaban.
Era hora de hablar con su asesor.
Salió temprano para la cena y pasó por el puesto de mercado de Gahrye. Él estaba allí, pero sin clientes, y cuando ella llegó, él sonrió.
—Qué bueno verte.
—Tú también —dijo ella, mirando los cueros trenzados que tenía expuestos en la mesa. Todos eran tan bonitos—. Sé que les dije que hoy haría algo de investigación, pero he tenido otra idea. O quizás sería mejor decir que quiero tener otra idea. ¿Puedes dar un paseo conmigo? ¿Solo por unos minutos? Luego podemos ir a cenar y tal vez encontrar a los demás?
—Claro, permíteme cerrar.