La mirada de Ember estaba fija solo en Draven. Justo cuando se encontraron, sus sentidos volvieron repentinamente a la realidad al oír hablar al hombre junto a su compañero mientras le hacía una reverencia.
—Etorn del Clan del Tigre Blanco saluda a la compañera de Su Majestad.
—Ehm, es un placer conocerlo, señor Etorn.
Ember no sabía cómo responder, así que simplemente ofreció una sonrisa cortés y ligera. Miró sutilmente a Draven, preguntando en silencio si su respuesta había sido apropiada, pero el Rey no mostró cambio alguno en su expresión. Su mirada estaba fijamente posada en su compañera.
El hombre de cabello blanco, a pesar de parecer de unos treintaytantos años, enderezó su corpulento cuerpo. Llevaba ropa hecha de piel de animal con un patrón de parches largos negros sobre tela ancha que recordaba la apariencia de los tigres blancos: un chaleco abierto por delante, una falda larga hasta la rodilla asegurada con un cinturón de cuero y botas.