```
—Dime qué te pasa —fueron sus siguientes palabras, sonando agudas e impacientes, y ella se estremeció en sus brazos. Lo miró con ojos llorosos y negó con la cabeza, como si hubiera decidido que no quería contárselo.
Draven quería darse de golpes a sí mismo. Esta persona era su compañera y no uno de sus súbditos a los que podía ordenar. No estaba acostumbrado a ser delicado, pero hacía tiempo que se había dado cuenta de que actuar como solía hacerlo con sus sirvientes no funcionaría con su compañera.
'No está por debajo de mí, sino que es mi igual. No quiero que me tema.'
Se dio cuenta de que debería ser más tierno con ella y hoy se reprendió a sí mismo pensando que debía esforzarse más para ganarse su confianza. Mientras pensaba en eso, una vez más se quitó los guantes negros de sus manos y sostuvo con ternura su rostro, limpiando las lágrimas de sus ojos con sus pulgares.