—¿Tan peligroso es el hombre o tan débil crees que soy que necesitaré tu protección? —se rió de ello.
Cuando la mujer negó con la cabeza: «Sabrás cuando llegue el momento.» Eso fue todo lo que dijo cuando él levantó una ceja pero ella no respondió.
Se quedaron sentados un rato más antes de ponerse de pie y pagar la cuenta.
El hombre caminaba hacia adelante mirando hacia atrás de vez en cuando mientras hablaba con ella cuando sintió un fuerte dolor en su rostro.
Todo sucedió tan repentinamente que ni siquiera sabía la razón del dolor hasta que sintió algo húmedo y pegajoso en su rostro y un fuerte olor a hierro llenó sus fosas nasales.
Sus manos llegaron instintivamente a su nariz y mandíbula y sus ojos temblaron un poco antes de concentrarse en el hombre frente a él.
—¿Solo encontraste a este payaso después de buscar tanto tiempo? —preguntó Declan con una mirada fría en su rostro cuando la chica desvió la mirada.