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Después de la hora del almuerzo, llegó el Doctor Vitas.
—¿Entonces? —Marte miró al muy, pero muy viejo doctor con anticipación en sus ojos. El doctor Vitas estaba comprobando la salud de Emmelyn, haciéndole responder algunas preguntas, y luego le revisó el pulso y la frecuencia cardíaca.
—Bueno... —El anciano doctor se giró hacia Marte y sonrió—. Felicidades, Vuestra Alteza... pronto se convertirá en padre.
Aunque esperaba la noticia después de un mes de cumplir regularmente con la tarea de plantar su semilla en ella, el príncipe heredero estaba aún perplejo. Se quedó paralizado en su lugar y miró a Emmelyn con incredulidad.
La chica estaba igual de sorprendida. Sabía que se suponía que quedara embarazada después de hacer eso tantas veces con ese hombre, pero aún así... cuando llegó la noticia, no estaba preparada para aceptarla.
Subconscientemente, ella miró su vientre plano.
—Wow... —Había una vida allí.
Su corazón de repente se convirtió en un caos.