—No era una novedad que a muchas personas les disgustaba la mera existencia del Príncipe Iván. Así que escuchar que él había despertado les decepcionó a muchos, y luego se molestaron cuando comenzó a hacer un berrinche al oír que su madre había sido llevada al palacio caliente y a él todavía no se le permitía abandonar su cámara.
Él tenía apenas suficiente información acerca de lo que estaba pasando en el palacio, ni sabía cómo estaba Luciana. No había manera en el infierno de que se fuera a permitir estar confinado en su habitación.
Intentó pasar por la ventana, y en cuanto la tocó, lo quemó severamente, el dolor lo lanzó volando lejos de allí. Justo recordó que su madre, que era una bruja, había ordenado que las recubrieran con acónito para confinarlo adentro la última vez.
—Tal vez ella de hecho merecía ser castigada de esa manera. Pero mientras el castigo no viniera directamente de él, no iba a permitir que eso sucediera.