—Entonces está bien. Todos en tu reino pueden seguir pudriéndose. Y todo esto será por nada porque tú morirás, y también lo hará toda tu generación hasta que no quede nadie que te recuerde y todas estas repugnantes hazañas que crees tener —dijo Anne, imperturbable. Ricardo y el señor Zelote esperaron a que ella cediera, pero Anne parecía imperturbable. Simplemente se encogió de hombros y dijo—. Entonces está bien. Todos en tu reino pueden seguir pudriéndose. Y todo esto será por nada porque tú morirás, y también lo hará toda tu generación hasta que no quede nadie que te recuerde y todas estas repugnantes hazañas que crees tener.
Sus palabras y toda su apariencia los llevaron de vuelta a aquella noche de hace 7 años, cuando su madre les había causado a ellos tanto dolor y despertado miedo en ellos.
El señor Zelote bramó.
—¡CÓMO TE ATREVES!