Susan tenía lágrimas en los ojos mientras observaba cómo Alicia y Paulina se abrazaban entre sollozos dentro del carruaje.
Nadie podía decir si derramaban lágrimas de alivio o de sufrimiento compartido. Solo ellas dos podrían explicar lo que habían soportado y sobrevivido juntas.
Mientras Susan sollozaba, miró hacia abajo cuando alguien le ofreció un pañuelo, y elevó la vista desde la mano hasta el rostro. Era Harvey.
Sus cejas se unieron en confusión mientras lo miraba, preguntándose por qué estaba siendo amable con ella y si había cambiado de opinión sobre su acuerdo.
—Es para tus lágrimas. Sécate —ofreció Harvey mientras seguía sosteniendo el pañuelo.
—Gracias —dijo ella educadamente mientras tomaba el pañuelo. Miró a Alvin mientras limpiaba sus lágrimas y notó que él la miraba antes de volver su atención hacia Harold cuando Harold le hizo una pregunta.