Por enésima vez esa mañana, Alvin se encontró frente a Susan, que levantaba una ceja hacia él. Ella estaba dentro de su cámara, sosteniendo la puerta mientras él se encontraba afuera.
—¿Sabes que la gente hablará si nos ven juntos varias veces en un día? —señaló ella, mientras él la miraba como si ella hubiera perdido la cabeza.
—Has sido tú la que me ha estado siguiendo —él le recordó antes de ir directamente al grano.
—El Príncipe Harold quiere que ayudes a la Princesa Ámbar a vestirse. Están dejando el palacio.
Susan estaba a punto de replicar lo que él había dicho acerca de que ella lo seguía, pero la otra afirmación que hizo despertó su interés.
—¿Dejar el palacio? ¿Por qué? ¿A dónde van? ¿Está despierta? —ella preguntó de golpe antes de salir de su cámara y cerrar la puerta detrás de ella.