Tyra fue la primera en despertar a la mañana siguiente, y despertó tanto a Alicia como a Susan del sueño para que pudieran regresar a sus cámaras antes de que todos comenzaran a moverse. No tenía idea de cómo reaccionarían el rey o la reina si descubrían que habían pasado la noche juntas.
—¿Ya es de mañana? —preguntó Alicia mientras se estiraba en la cama.
—Sí. Deberías estar en tu cámara antes de que llegue la Princesa Luciana. No queremos que sepa que pasaste la noche en mi cámara —explicó Tyra.
—¿Por qué?
—¿Por qué qué? —Tyra preguntó confundida.
—¿Por qué no debe saberlo? ¿Por qué no te cae bien? —preguntó Alicia con curiosidad.
—No la odio —dijo Tyra a la defensiva.
—Pero tampoco te cae bien —señaló Susan, que finalmente había despertado, sentándose.
—Ella informa todo a su esposo, y él informa a nuestra madre. Es difícil ser amiga de alguien que hace eso. Tú no haces eso, ¿verdad? —Tyra preguntó a Alicia.