—Julie sonrió, sintiendo cómo Román presionaba sus labios contra su frente y ese momento que compartían no era nada menos que dicha. Era como si Dios le hubiera concedido felicidad tras hacerla pasar por dificultades, donde tuvo que luchar por las personas que amaba y las cosas en las que creía.
—El tío Thomas dijo que te tomó dos días antes de que consiguieras que él accediera y entendiera —dijo Julie, retrocediendo un paso para poder mirarlo.
—Román levantó su mano para colocar un mechón de su cabello detrás de su oreja —Sabía que estabas sufriendo y al fin y al cabo la culpa fue de mi padre y mía. Lo amenacé ese día. Él sigue siendo un miembro de tu familia y sé lo importante que es la familia.
—Gracias —susurró Julie, sintiendo cómo su garganta se tensaba con las emociones que brotaban.