El Padre Antonio comenzó a dar unos pasos antes de detenerse para voltearse sobre su hombro y entonces Penélope comenzó a caminar. Se preguntaba qué quería darle el brujo. ¿Eran libros o eran las pociones mientras dejaban la iglesia y la cerraban para que nadie la usara?
—¿Se te ha asignado la iglesia a ti y a los demás? —le preguntó, viendo al Padre Antonio liderar el camino. Él sostenía una linterna en su mano para que pudieran caminar en el frío sótano oscuro que parecía una mazmorra y que estaba construido debajo de la iglesia.