Junto con el humano que fue el primero en ser atado, y Penélope que había llegado a la zona abierta para que Helen no le hiciera nada a la Hermana Jera, le llegó el turno al vampiro, Henry, de ser atado con cuerda mientras era arrastrado por la otra bruja negra.
—Sabes, cuando vine al examen del consejo, me sorprendió verte allí —dijo Helen, observando cómo las brujas empezaban a añadir los palos y preparándolos para encenderlos—. Quién iba a pensar que una persona como tú podría estar calificada para estar al lado del gran Damien Quinn. Aquí he estado persiguiéndolo durante meses y tú llegas en medio reclamando tu derecho. ¿No tienes vergüenza? ¿No te enseñó nada la institución? —Helen resopló y giró la cabeza para mirar la madera siendo encendida.
—Luego pensé, ya que estás aquí, es mejor que te queme y mate con mis propias manos —se volvió para darle a Penny una mirada de disgusto.