—Billizard, ¿qué tamaño crees que tiene la hoja? ¿Sabes si es pequeña o grande? —preguntó el hombre delgado mientras estaba en el suelo, hablando lo suficientemente alto como para hacer que el otro se estremeciera como si se preguntara cómo había acabado atascado con un hombre que no tenía cerebro o no se molestaba en usarlo.
—Deja de gritar —gruñó la bruja negra antes de continuar buscando algo que Damien y Penny desconocían.
—Qué día para pasar tiempo con un par de brujas negras que decidieron venir aquí el mismo día y a la misma hora que llegamos nosotros —murmuró Damien en voz baja.
Tanto él como Penny no podían entender por qué habían venido las brujas negras aquí. Si hubieran sido libros, habrían continuado mirando en los estantes, pero en vez de eso, habían hablado de una 'hoja'. Ahora no sabían de qué se trataba, pero seguro que era de suma importancia si habían venido aquí en medio de la noche como ellos.