También significaba que había más que Creed, cazador de brujas y su madre en ello. Tanto Damien como Penny no sabían quién era y tampoco nadie sabía quién estaba intentando dirigir el espectáculo para desatar la magia.
—Un paso a la vez —les recordó Penny—. ¿Crees que si hacemos un boceto de ella y lo pegamos en cada árbol del territorio, sería expuesta? —estaba ansiosa por saber si funcionaría. Su dulce madre, a quien había conocido como amable, resultó ser una persona que Penny había llegado a odiar.
Penny sabía que hasta que no hicieran algo respecto a su madre, la mujer intentaría perturbar no solo su vida sino también la de aquellos que le importaban.