—Te equivocaste —dijo, moviendo sus manos en su abrigo—. Creo que no viste con esos falsos ojos rojos tuyos que no soy humana —al escuchar sus propias palabras, se preguntó cuánto había influido Damien en ella.
—Eres una bruja —el hombre la miró ligeramente sorprendido. Penny sonrió, sacando sus agujas y él se rió al verlas—. ¿Eso es lo mejor que tienes? Debes ser solo una polluelo de bruja por llevar un montón de agujas contigo. ¿Mamá no te enseñó nada? —le preguntó.
—Ella me enseñó bien —dijo Penny antes de que el hombre de repente saltara para atacarla. Penny se deslizó lejos de él, terminando en el otro lado lo que le facilitó mantener distancia con la bruja negra.