—El viento recogía los secos que habían caído de la cima de los árboles para correr y moverse, golpeando y saltando en el aire no muy lejos. Penny no había esperado que Damien la besara, al menos no así mientras las hojas flotaban en el suelo. Ella lo sintió acercarla más a él, su mano que había estado reposando a su lado se había enrollado alrededor de su cintura, atrayéndola tanto como podía mientras la besaba. Quería apartarlo, pero con cada movimiento de sus labios sobre los suyos, podía sentir cómo se formaban escalofríos por todo su cuerpo.
—Penny intentó dar un paso atrás, pero no había a dónde ir. Incluso el pequeño espacio que había, Damien seguía justo a su lado. Su lengua frotaba la suya, moviéndose de un lado a otro y amasándola como una masa. De alguna manera había logrado levantarle la cabeza, inclinando su rostro para poder besarla mucho mejor.