Betsabé miró a Penny, quien no se ofendió por lo que Damien acababa de decir. La mujer apartó la ropa del otro lado de la silla. Ambas compartían una pequeña mesa mientras se enfrentaban —No te comeré, brujo. Dime por qué has venido aquí.
Penny entreabrió sus labios al ver a la mujer sacar la tela debajo de la cual se encontraba una bola de cristal. La bola era de vidrio que parecía gris y opaco en apariencia —Me dijeron que usted es la persona que podría ayudarme a entender lo que soy y qué hacer con ello.
Betsabé tarareó en respuesta, reflexionando sobre las palabras de Penny mientras intentaba sopesarlas en su mente —Solo soy una bruja negra y mi ayuda solo puede ir en una cierta dirección antes de que se detenga, porque los caminos de una bruja blanca y una bruja negra son dos senderos diferentes. ¿Entiendes eso, muchacha? —preguntó la persona.