Penny miraba fijamente su mano donde sostenía la taza de porcelana blanca, el líquido rojo parecía de algún modo rosado tras haber sido mezclado con leche y revuelto repetidamente con la cuchara. Estaba segura de que no iba a beberlo, al igual que Grace, quien esperaba de pie a que Penny lo hiciera.
—No tenemos todo el día. Bébelo rápido, niña. No es algo que no hayas visto antes —dijo la vampira mayor. Si a Penny le hubiera sido permitido lanzar una mirada furiosa ya lo habría hecho, y si tuviera más privilegio habría hecho que la vampira bebiera la sangre. Entonces recordó la vez que Grace le había torcido el brazo dolorosamente. Pensándolo, se preguntó cómo iba a superar esto.