Atior miró a Josefina, una sonrisa jugando en sus labios. —Nunca me importaron los demonios. Todo lo que deseaba era que la barrera permaneciera intacta.
—¿Por qué? Cuando la barrera se rompa, las fuentes de magia a nuestro alrededor —preguntó Josefina.
—Cuando la barrera se rompa, los demonios sin duda invadirán este continente. Los hechiceros del otro lado cambiarán sin lugar a dudas todo. Todo lo que deseaba era que este continente se mantuviera como está. Esta es la voluntad de la diosa —interrumpió Atior.
Josefina entrecerró los ojos hacia Atior, incapaz de confiar completamente en ella. Al sentir su vacilación, Atior agregó:
—La diosa jamás permitiría que los demonios invadan este lugar. Ella los detendría, destruiría cualquier portal que los demonios crearan, y restauraría la paz. ¿No estás de acuerdo conmigo?