Lucas frunció el ceño, mirando intensamente a Rosalind. —¿Por qué necesitas irte? —preguntó, con un atisbo de preocupación en sus palabras.
Rosalind enfrentó su mirada directamente, su expresión firme. —¿Esperas que me quede encerrada en este lugar para siempre? —replicó, su voz teñida de determinación. Solo tenía la intención de hacer una rápida visita al mercado negro, buscando algunos artículos esenciales y recopilando información sobre reliquias. Era una tarea que planeaba lograr dentro del día y regresar de inmediato.
Sin embargo, la insistencia persistente de Lucas se había vuelto cada vez más molesta. Su insistencia en acompañarla había encendido un sentimiento de inquietud dentro de ella y esto no era porque no quisiera estar con él.
Inflexible, Lucas respondió:
—Entonces vamos juntos.