—¿Futuro esposo? —el Príncipe Lawrence se burló—. Parece que el Duque todavía no está informado sobre el protocolo en el Imperio —la Señorita Lux es
—Mi prometida. Gracias, mi Príncipe. Estoy muy consciente de ese hecho. Lady Rosalind... si es tan amable
—Gracias —dijo Rosalind. El hombre acababa de anunciar su compromiso y hasta la llamó su prometida. Acababa de comenzar el juego, un juego terrible... terrible.
Rosalind sonrió y observó cómo el Duque se marchaba. Luego giró hacia la Princesa Isabel y sonrió ampliamente.
—Princesa Isabel...
—¿Cuál es tu relación con el Duque? —la Princesa Isabel no dudó en abordar la cuestión más evidente.
—¿Perdón?
—No actúes tonta conmigo. ¡Sé lo que estás tratando de hacer! —dijo la Princesa Isabel—. ¡Actuar toda inocente y tonta para que los hombres te protejan!