Rosalind no podía evitar preguntarse cómo había aceptado acompañar al Duque a su habitación dentro del palacio.
Ella podía recordar decirle que no debería estar aquí. Luego recordó haber estado de acuerdo con él después de escuchar su explicación. Por supuesto, ahora ella llevaba otra máscara de piel y actuaba como si fuera una de sus ayudantes de confianza.
—Gracias por tomarse el tiempo de hablar con nosotros, Su Gracia —las palabras de Lachlan Blaize interrumpieron el estupor de Rosalind. Ella miró al hombre con cabello rojo brillante que inmediatamente le recordó el cabello de Elías. Incluso los dos hablaban igual. No pudo evitar preguntarse sobre sus circunstancias.
Ella recordó a Valentín decirle que Elías estaba en una situación diferente.
