Las noticias sobre la valentía del Duque se esparcieron como fuego en Aster.
Lo que más les preocupaba había sucedido. Ahora, los niños en las calles de Aster cantaban acerca de las acciones del Duque persiguiendo a las bestias de vuelta al Norte.
Esto no solo dañaba la reputación de los miembros de las Siete Familias, sino que también hacía que mucha gente pensara en mudarse al Norte.
—No es muy seguro. Primero la plaga y luego la marea ocurrieron —dijo uno—. ¡Creo que es hora de que consideremos mudarnos al Norte!
—Escuché que el Norte aceptó a la gente de Cirid después de que cayó —comentó otro—. Mientras tanto, el Imperio de Aster y los otros Imperios no aceptan a los incrédulos que todavía están acampando fuera de Aster. ¡Escuché que los guardias se negaron a dejarlos entrar cuando comenzó la marea también! ¿No es eso demasiado inhumano?
—¿Estás diciendo la verdad? —preguntó otro incrédulo.