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—El Señor Oscuro no es humano —continuó la Reina Aurinda—. Estoy segura de que ya lo sabéis por los libros que posee el Sur.
—Sí. Desde que éramos niños, ya se sabía que el Señor Oscuro solía ser un dios.
—Ahora, el Norte tiene una historia diferente —dijo la Reina Aurinda mientras miraba a una de las consortes—. Por favor, sírveme más té, gracias.
—¿Una historia diferente?
—Uno de estos días, te mostraré las preciosas pinturas que hicieron expertos del pasado. Esas pinturas poseen algunos secretos que el extremo sur del continente se negó a enseñar a sus hijos. Estoy segura de que te entusiasmará aprender más sobre la historia que las siete familias querían enterrar.
—Aurinda…
—Oh por favor, son meras historias con las que crecimos —Aurinda hizo un gesto desdeñoso con la mano al Rey mientras resoplaba—. Las historias pueden ser verdaderas o falsas. Depende de la Duquesa si las cree o no.