—Tú—eso—Una ¡arma maldita! ¿Por qué ella—de dónde venía?
—Hay una enfermedad en el sur. Tiene algo que ver con maldiciones y la Familia Lux no puede curarla. Se está convirtiendo en una pandemia.
—¿Qué?
—Si has estado tanto tiempo en el Norte, supongo que no sabes lo que ha estado sucediendo en el Sur. Sugiero que envíes a alguien a confirmar.
—¿Y qué tiene eso que ver con nosotros? —preguntó.
—Puedo curar todas las maldiciones —dijo Rosie.
—Imposible.
—Puedo mostrarte. Creo que Capitán
—¡Ni se te ocurra tocarlos! —gritó Valentín, con los ojos entrecerrados hacia Rosie. Por alguna razón, tenía mal presentimiento sobre esta mujer. ¿Cómo podía afirmar algo tan increíble? Su existencia sola podría derribar las creencias de los siete imperios y
—¿Querías usar esto para derrotarlos? —frunció el ceño—. ¿No te estás poniendo en peligro tú misma?
—¿No es por eso que quería trabajar con Su Gracia y contigo?
—Tú— Ella quería protección.