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—No tenemos ningún problema en permanecer afuera —dijo Lucas.
—Entonces no es un problema. Nos turnaremos para guardar las demás tiendas —Valentín mantuvo una sonrisa amable en su rostro.
—Eh... ¿y nosotros? ¿Qué podemos hacer para ayudar? —Sofía interrumpió de repente.
—Señora Sofía, por favor, regrese a su tienda. No hay necesidad de que esté aquí.
—Pero
—Si quieres pelear, entonces ¿por qué no te quedas aquí? —dijo Elías. Estaba acostado en una rama cercana. Usaba sus palmas como almohadas mientras miraba el cielo sin estrellas—. Si tienes tantas ganas de morir, puedes irte del campamento y atraer alguna bestia hacia nosotros. ¿No es eso en lo que eres buena?
—Yo
—¿Puedes dejar de ser grosero con la señora? —dijo la mujer que estaba al lado de Sofía. Su nombre es Enika y era la criada de Sofía.
—¿Grosero? —Elias resopló—. Esto es ser amable. Después de todo, su Señoría casi nos hace matar.
—¡Ella no lo hizo a propósito!