—¿El Conde sobrevivió? —Ena Thun frunció el ceño al leer las noticias que enviaba el Príncipe—. ¿Cómo es eso posible? —Utilizó su relámpago para quemar el pequeño pedazo de pergamino antes de devolver el pájaro mensajero a su encargado. Luego, se levantó de su silla y caminó hacia el gran mapa que había pedido que dibujaran en la pared.
Era el mapa del Norte.
En él había tres reinos: Wugary, Lonyth y Cirid.
Había marcas en el mapa, ubicaciones —ubicaciones importantes.
—Sí, Su Bendición. Parece que el Duque del Norte intervino —comunicó la persona de confianza de Ena, Jordin. Ella bajó la cabeza y evitó la mirada de Ena.
—¿Lucas? —Ena levantó una ceja—. ¿Otra vez? —El hombre ya había creado problemas para el Duque de Lonyth y ahora, optaba por entrometerse en asuntos que no le concernían. ¿Qué estaba haciendo?