El corto viaje hizo que Rosalind se diera cuenta de muchas cosas. Primero, que sobrevivir en un entorno desconocido era muy difícil; segundo, que hablar era definitivamente más fácil que hacer; y tercero, que ser confiado no era suficiente. Se necesitaban habilidades para respaldarlo. Finalmente, no se podía construir una habilidad de la noche a la mañana.
Las habilidades requerían práctica y perseverancia, paciencia y motivación. El Duque le pedía repetidamente que usara su Bendición para mejorar su visión y, como no estaba acostumbrada, le comenzaba a doler la cabeza inmediatamente. Se dio cuenta de que, aunque podía ser poderosa comparada con un humano normal, todavía era inútil frente a un guerrero.
La Bendición de luz estaba destinada a apoyar a los guerreros. Realmente no tenían habilidades verdaderas para salvar vidas. Si quería sobrevivir allí afuera, entonces necesitaba aprender a protegerse.