Tal vez eso era verdad.
Quizás se había vuelto más fuerte esta vez, sin embargo, no entendía cómo había sucedido. ¿Fue solo por aquel incidente en el acantilado? ¿O… fue por esa corona?
El Duque ya se había ido desde hacía unos minutos y, sin embargo, ella todavía no podía dejar de pensar en las palabras que él dijo.
Cerró los ojos y una vez más recordó los recuerdos que vio. Por alguna razón, todo se sentía tan vívido. Era como si estuviera allí, observando todo lo que sucedía frente a ella mientras ocurría.
Esta no fue la primera vez que había hecho algo así, pero fue la primera vez que decidió mirar más de cerca los pequeños detalles en la visión.
Curiosamente, el lugar que tenía delante no estaba rodeado de nieve. De hecho, era lo contrario. El día se sentía caluroso, la casa estaba construida de madera, su techo hecho de heno y otros materiales que no se podían encontrar en el Norte.