Siguiendo su memoria, Eva finalmente alcanzó el lado solitario del castillo, donde las dos hermanas del mar, que eran las hijas de Nerhys, estaban en la habitación. Escuchó la voz de la mujer dentro de la habitación,
—¿Qué has hecho, Nerissa...?
Al entrar a la habitación, Eva notó el horror escrito en el rostro de Marina,
—¿Qué has hecho, hermana? —preguntó incrédula.
—He amado, Marina. Erasmo me ama profundamente y cuidará de ti junto conmigo. Es hora de que vengas conmigo —dijo Nerissa, mientras Marina observaba la marca que el hombre lobo había dejado en su hermana sirena—. Aqueronte no es el hombre que crees que es. Ha matado a la mayoría de sus hermanos, hermanas. Algunos de ellos han huido por miedo, para proteger a los suyos que quedan.
Marina se veía pálida, no por lo que Nerissa decía, acerca de cómo su hermana tenía una percepción equivocada de las cosas aquí. Ella dijo,