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—Eva se preguntaba a qué ajustes se refería Vincent.
Después de abrazarse un poco más, se separaron del abrazo mutuo, Eva miró sus ojos rojos oscuros. Él dijo:
—Pareces preocupada. No te preocupes, los ajustes son para mantener la paz en esta mansión y en nuestras mentes.
—Parece ser que hoy soy un libro abierto —murmuró Eva con una pequeña sonrisa que desapareció en segundos.
—Intento hacer lo mejor posible para leerte —respondió Vincent, y tomó la muñeca de ella donde yacía su marca. Eva llevaba un vestido de mangas largas que escondía las alas y la 'V' en su muñeca—. Pero es esto lo que me lo facilita. Como he unido o conectado mi alma a ti, puedo leer o sentir tus emociones cuando estás cerca.
Eva asintió comprensivamente y deseó poder hacer lo mismo con Vincent. Parecía que la marca no estaba ahí sólo para mostrar quién poseía su corazón, sino que también creaba una conexión entre Vincent y ella. Cuando su mano cayó a su lado, le preguntó: