—Los ojos de Eva se abrieron como platos —todo había sucedido en cámara lenta—, y ella escuchó el estrépito del cubo al caer al suelo, mientras el agua usada se esparcía por el piso. Oyó pasos rápidos aunque distantes acercándose y cuando se inclinó sobre la barandilla para ver quién era. Notó a la criada de la Señora Aurora.
—Durante ese tiempo, Rosetta miraba el agua sucia esparcida en el suelo, y sus labios temblaban. ¿Cómo pudo pasar esto... y sollozó.
—Los ojos de Eugenio se abrieron como platos al escuchar el sonido de los sollozos, y notó las lágrimas a punto de caer de los ojos de la vampireza —¡Por favor no llores, señorita!" Se apresuró—. "¿Debería haber movido el cubo a un lado? ¿Te has lastimado?—No solo tenía que limpiar ahora el agua sucia del suelo, sino que la vampireza parecía haberse lastimado.
—¡Yo limpiaré esto!—Rosetta intentó contener su decepción—. Entonces notó a Eva aparecer al final del pasillo y le hizo una señal. ¡Blythe venía hacia aquí! Oh, no.