Recomendación musical: No hay Chapoteo ni Zambullidas - Thomas Newman
—La habitación estaba en silencio mientras los tres reales continuaban con su cena. Aparte de Westley, que estaba discretamente a un lado, camuflado con la pared, había dos criadas más en espera, listas para servir los platos y reemplazar los usados por otros limpios.
—Hace mucho tiempo que no escuchaba truenos —comentó Lady Sophia, recostándose en su silla. Continuó:
— En el reino del que vengo, donde viven mis padres, llovía sin cesar.
—Supongo que entonces los truenos y relámpagos no te molestan —la sonrisa cortés de Raylen no desapareció de sus labios.
Lady Sophia rió entre dientes:
— Solían arrullarme cuando era joven. Hizo una pausa y continuó:
— He oído por mi hija acerca de un bribón llamado Marshall. Quería agradecerte por encargarte del asunto y no permitir que se intensificara.