Cuando llegaron de vuelta al castillo y descendieron del carruaje, Emily le preguntó a Raylen —¿Cómo lo supiste? Acerca del hombre y de mí... Estaba desconcertada porque jamás había mencionado nada de eso a él anteriormente.
Raylen la miró por un momento antes de responder —Tu abuela y yo tuvimos una pequeña charla cuando estabas enferma. Tenía mis sospechas que necesitaban clarificación.
—¿Y qué aprendiste? —Emily preguntó, sintiendo el latido de su corazón acelerándose.
—Posees un Alma de Trueque —Raylen le explicó—. En términos simples, un alma intercambiable que puede ser usada para otros propósitos, parecido a un comodín en un mazo de cartas. Es probablemente lo que él persigue.
—¿Por qué yo? —preguntó Emily, ya que todos los demás en su familia parecían normales.