En el palacio del rey, un hombre fue condenado por desafiar la autoridad real. La ejecución se llevó a cabo en los jardines del palacio, donde la guillotina aguardaba impasible.
El hombre fue arrastrado hacia la plataforma, sus manos atadas y su cabeza inclinada. El rey observaba desde su trono, su rostro frío y sin emociones."¡Vergüenza para ti y tu reino!", gritó el hombre mientras era colocado bajo la hoja afilada. Las últimas palabras del condenado resonaron en el aire, desafiando el poder del rey.
Con un movimiento rápido, la hoja cayó, separando la cabeza del cuerpo en un instante. La multitud observó en silencio mientras la cabeza rodaba por el suelo, una macabra exhibición de poder y crueldad.