—A nadie le gustaría la idea de que un extraño se entrometa y comparta el amor que han ganado legítimamente —dijo ella.
Al escuchar esto, Goldie Davis se sintió ligeramente aliviada.
Su obsesión por Christopher Gardner se hizo aún más fuerte.
El banquete estaba a punto de comenzar. Molly Landon aún no había llegado, y Madre Gardner pensaba que no aparecería en absoluto. Ella reveló una sonrisa burlona, solo para sorprenderse cuando un deportivo blanco entró en la entrada principal de la villa. Molly salió del coche, vestida con un largo vestido plateado incrustado de diamantes, exudando el encanto de una mujer madura.
—¿No es esa la niña adoptada por la familia Gardner?
—Así que esta es Molly Landon. Se ha puesto tan hermosa.
—A la familia Gardner realmente no le agrada ella, pero sorprendentemente, ha logrado hacer algo de sí misma.
A su alrededor había cuchicheos y comentarios sobre Molly. Algunas de las palabras incluso llegaron directamente a sus oídos.