—¿Es porque he cometido demasiados errores en mi vida cotidiana, por eso los cielos me están tratando de esta manera? —Monica Baldwin le dio la espalda a Víctor Chadwick, su voz contenida por la emoción. Rara vez lloraba... incluso en los momentos más difíciles, nunca se derrumbaba, pero ahora que sabía que no podía quedar embarazada por el momento, se sentía tan agraviada que quería llorar; su garganta dolía casi como si estuviera quemada.
—Víctor se acostó en la cama junto a ella, sosteniéndola y consolándola—. No has hecho nada malo. Si los cielos quieren castigar a alguien, debería ser a mí. ¿Qué tiene que ver contigo? Cariño... no pienses demasiado, no es tan grave como crees. Se puede curar y lo tomaremos con calma.
—Pero…