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—¿Qué drama estás diciendo? ¡Hoy no te está permitido salir de la Casa Baldwin! —El Viejo Maestro Baldwin le hizo señas a su asistente para que cerrara la grandiosa entrada de la Casa Baldwin—. Mónica, tú también deberías controlar tu mente. Esas relaciones dudosas afuera, deberías cortarlas cuando debas hacerlo.
Mónica observó cómo se cerraba la entrada. No entró en pánico, en cambio, se dio la vuelta y le dijo al Viejo Maestro Baldwin —Abuelo, no puedes mantenerme aquí.
El Viejo Maestro Baldwin miró a Mónica, sabía muy bien en su corazón que Mónica ya no es la niña sumisa del pasado. Su fuerza de voluntad se ha vuelto aún más firme que antes, y dijo con una cara severa —Por más tiempo que pueda confinarte, lo haré.