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Chapter 16 - 16: Formación de nuevos problemas.

"oye, ¿sabes que es mi primera vez en Roma verdad?"

"Si, tus expresiones desde que llegamos lo hacían muy obvio"

"Entonces... ¡¿Por que demonios estamos en un centro comercial y no en algún monumento histórico?!"

Me tape los oídos para evitar quedar sordo por el grito enojado de Damián. Lo entendía en cierto sentido, pero parece que el olvidaba un pequeño detalle.

"¿Entonces adónde quisieras ir primero?"

El quedó sorprendido porque cedi a su solicitud por lo que pensó en algunas opciones. "¿Que tal el panteón?"

"Si que eres un novato muy avaricioso si quieres enfrentar dioses tan rápido... ¿O acaso eres suicida?"

"¿Eh?... Entonces, ¿que tal las catacumbas de San Calixto?"

"Ugh.. no lo recomiendo, algunas almas de inquisidores sagrados antigüos tomaron una forma astral como fantasmas y digamos que no les agrandan los demonios"

"Y-y-y que tal..."

"Mejor déjame a mi el tour." Dije antes de que el sugiera algún otro lugar de muerte para demonios.

"Pero seguramente terminarás dormido apenas termines de llegar al primer sitio y como Muriel termino encerrada en ese bañó sin parecer querer salir de ahí no habrá quien te reemplace... Además si te dejo en un hotel temo que termine iniciando una pelear como dices" el dijo sombriamente pensando en lo que sucedería y sinceramente no estaba lejos de la verdad.

"(Aunque Muriel en realidad está aislada en mi sombra, pero creo que no querrá salir hasta mañana)" pensé mientras sacaba mi teléfono con la última salvación, pero tenía que confirmar algo primero.

"Damian, hay una opción más, pero tiene su consecuencia" dije dándole una mirada cansada.

"... ¿Cuál es la consecuencia?" el parecía tener una idea pero tenía que confirmarlo.

Asentí viendo su resolución . "Es posible que recibas una bofeta... No, dos bofetadas o incluso algo peor". Dije sin piedad confirmando su miedo.

"..." El miro al techo de este centro comercial con pesar. "¿Acaso no tienes amigos hombres?"

Aunque me dolió la pregunta entendía sus motivos. "... En este país, no" dije sinceramente mientras negaba la cabeza.

"... Hazlo" . Sentí lastima por el cuando ví caer una lagrimita resignada de su ojo.

Empecé a marcar el número registrado esperando que mi amiga conteste.

Ring ring trrk.

Afortunadamente no tardo mucho, pero fue raro escuchar un alboroto de fondo siendo que estábamos cerca del Vaticano hace unos momentos.

—"Hola, hola, ¿Quien es?, olvídalo, surgieron algunas cosas aqui así que si tú llamada no es por algo importante tengo que colgar".

"(... Está chica nunca cambia)" Pensé mientras agitaba la cabeza cansado escuchando esa voz tan melodiosa como espinosa que conocía.

"... Hola Aliyah, soy Acedia, te llamé porque necesitaba tu ayuda ya que estoy en Roma con un compañero, pero si estás muy ocupada no te molestaré." Dije resignado mientras pensaba en que hacer si se negaba.

—"¡¿Espera, Acedia?!... ¿Estás aquí, desde cuándo?" La escuché ponerse alterada de golpe, pero generalmente era así cuando llegaba de imprevisto.

"Llegué hace unas horas... Estuve frente al Vaticano tomando un desayuno hace poco, pero como pareces estar ocupada entonces--..."

"—¡No,no,no, no lo estoy, solo era una falsa alarma al parecer!... Ahora entiendo, ésos malditos... Es raro que vengas por lo que no me importa ayudarte... ¡Espera!, ¿dijiste compañero?, ¡¿Hombre?!"

"(¿Y ese susurro que fue?)" Pensé conflictivo al escuchar algo sombrío en medio... Pero tuve que dejarlo de lado...

"Me duele que dudes tanto en eso, pero si... Verás, pasaron algunas cosas y es difícil decirlo al teléfono... En resumen necesito de tu ayuda ya que eres la única que se me ocurrió que podría ayudarme con esto, así que si puedes venir estaré esperando en el Museo borghese."

"—Claro... ¡Voy a tardar una hora en arreglar unas cosas así que no te preocupes y espérame!". Tun

Estaba por seguir hablando con ella un momento más y explicarle sobre la identidad de Damián pero como me cortó tan rápido tuve que dejarlo para cuando nos reuniéramos.

"Al parecer acepto, pero no puedo asegurarte cuántas bofetadas recibirás..." Dije mirando con lastima a Damián, solo para momento siguiente comenzar a caerme al sentir nuevamente cansancio.

"(... No pude dormir mucho y ya está empezando a cobrar factura.)" Pensé frustrado mientras tomaba rápidamente a Damián y nos dirigimos al punto de reunión.

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[Dentro de la sala de reuniones privadas del Vaticano]

Dentro de un gran salon que fue hecho en secreto dentro de una brecha dimensional y protegida con múltiples barreras para ser oculta de las personas normales.

Esté salón fue hecho con múltiples decoraciones religiosas formados por oro y plata junto con estandartes que representaban a los 7 angeles principales y su creador hechos con la más fina tela.

Dentro de tal sala, múltiples apóstoles empezaron a reunirse tomando posiciones en una gran mesa para comenzar una reunión de emergencia.

Viendo que las personas con el mismo pensamiento llegaron estos comenzaron su reunión a pesar de que aun faltaban algunos de los miembros más importantes de dicho salón.

El miembro que estaba más cercano a lo que parecía un trono en esa sala comenzó a llamar la atención de todos y explicándoles el motivo de su llamado.

"Hermanos, todos aquí sabrán que una calamidad para nuestra orden a llegado..." Ese tipo comenzó a relatar un discurso dramático que hizo que muchos asintieron sabiendo de quién se trataba.

Solo después de eso, una imagen de tres personas comiendo en una tienda fue mostrada. Fue entonces que todos ellos empezaron a mandar miradas de odio a uno de las personas de esa foto.

"Se acaba de notificar la llega de este ser, no... ¡Esté caído que amenaza la pureza de nuestra Santa!" El miembro líder grito tal acusación mientras otros apóstoles comenzaron a gritar en concordancia de tal declaración.

"¡HERMANOS!, todos sabemos lo que tenemos que hacer ahora, hagan todo lo posible con tal de evitar que nuestra santa se entere de la llegada del caído... Busquen reportes antiguos de criminales vistos aquí, comiencen alguna reunión con los nuevos miembros de la congregación, notifiquen a la guardia sacra de un posible peligro para la Santa a sido visto en la zona... ¡Hagan lo que hagan, por ningún motivo nuestra Santa debe enterarse de su llegada!"

"¡¡ENTENDIDO!!"

Para aquellos que vieran a estos tipos desde la distancia, pensarían que estos apóstoles solo eran los típicos fans de una idol que deseaban la muerte de quién la allá engatusado.

"Unos completos idiotas" diría un ángel que tiene que aguantar sus planes cada vez.

¡Trrr!

El sonido de una puerta abriéndose causó que todos estos apóstoles actuarán desesperados por ocultar la evidencia de sus planes. Tal desesperación fue causada porque ellos reconocieron el sonido de quién pertenecía esas pisadas y conocían bien el destino que les esperaba si ella los descubría.

Cada uno rapidamente se levantaron y saludaron a la persona que llegó.

"¡Bienvenida, nuestra Santa doncella!"

"Saludos a todos... Bien, comencemos la reunión" dijo la joven que entró con una voz que denotaba una serenidad y autoridad absoluta a todo los reunidos.

Está joven era la Santa doncella Jeanne Valencia, una de las personas más importantes en el Vaticano, superando incluso al Papa en autoridad debido a que ella recibió una bendición considerada por la mayoría de los creyentes como la máxima expresión de amor de Dios.

Está joven de 24 años poseía un raro cabello largo y ojos de color rosados, vestida con un vestido sagrado blanco puro con cuello y mangas largas que estaba adornado con pequeños adornos de flores doradas, su vestido tenía tanto una apertura sugestiva en sus generosos pechos como a la vez una apertura lateral que mostraba sus hermosos muslos con medias y botas blancas. A pesar de que ella tenía todo el aire de una chica bondadosa en el exterior, por alguna razón, en todos sus años tratando con lo sobrenatural ella actuaba con una autoridad que recordaría a una general que actuó en muchas batallas a lo largo de su vida.

Debido a ello, para muchos creyentes ella fue una santa salida de las mismísimas leyendas antiguas...

Seguidamente detrás de ella estaban un par de caballeras templarias que se ocultaban usando hábitos de monja, ellas tenían como prioridad principal el proteger a la Santa por lo que siempre estaba alertas a amenazas, pero la principal guardián de la Santa no eran ellas.

Ese puesto le pertenecia a la chica que estaba caminando al lado de Jeanne. Una chica de un largo cabello rubio y ojos azules que siempre estaba con ella, ella usaba un blanco vestido mangas largas blanco entallado de hombros descubiertos con cuello adornado con bordados dorados y una larga corbata que terminaba en la divisoria de su pecho. Está chica de aspecto glamuroso era Aliyah Gabriel, una de las pocas angeles que tenía una relación amistosa con Acedia.

Y ella... Por alguna extraña razón, estaba emitiendo un aura sombría que asusto a los miembros ya reunidos.

"Cof... Claro, comencemos" dijo uno de los miembros mientras relataba los últimos informes de lo sucedido dentro de la ciudad y en algunas otras cedes que necesitaban recursos o algún nuevo inquisidor que las protejan.

Una reunión normal que se hacia cada mes, nada podía decirse que fuera sospechoso para quien lo oyera... Pero por algún motivo Aliyah nunca cesó de expulsar ese aura que estaba carcomiendo por dentro a los apóstoles reunidos.

"Cohon... ¿Hay algún problema señorita Aliyah?" Un valiente miembros se digno a arriesgar su cuello, pero...

Ella solo inclino su cabeza un poco y sonrió. "Yo no tengo ningún problema... ¿No es como si algunas personas estuvieran ocultado información?, ¿No verdad?" Ella empezo a reírse ligeramente sin dejar de emitir esa presión, ninguna de las chicas que la rodeaban sabían de que estaba hablando o porque está actuando tan raro...

Pero para todos los apóstoles reunidos, esas palabras solo fueron una sentencia de muerte.

"(¡LO SABE!)" Todos pensaron desesperados en como huir de aquí.

"E-entonces con esto terminaría la-" Dijo de manera temblorosa un miembro que quiso huir, solo para terminar congelado al ver lo que Aliyah hacia.

"Aliyah, ¿Que estás haciendo?" Pregunto Jeanne ya exasperada por la actitud misteriosa de su amiga que empezó a caminar hacia una esquina de la habitación.

"Oh~, nada verdaderamente, solo estoy confirmando una sospecha mía~, fu,fu,fu." Aliyah estaba disfrutando totalmente al ver cómo los rostros de muchos apóstoles palidecieron cuando ella encontró un pequeño proyector.

"¡Espere por favor señorita!, e-e-esa máquina es muy sensible y podría-!." Un miembro trato de evitar su destino pero.

"¡Listo~!" El angel(demonio) no hizo caso a esa súplica y empezó a proyectar las imágenes que están grabadas. Tal escena hizo que algunos miembros quisieran escapar, pero...

"No dejen ir a ninguno". Aliyah comando esa orden mientras sonreía y llamaba la atención de la Santa para que vea las imágenes.

Los apóstoles se resignaron a su destino al ver dos caballeras templarias frente a la única puerta del salón para evitar que salgan.

"Sigh... ¿Y tú te haces llamar un ángel?, no eres peor que un demonio sabes" Jeanne suspiro ante la actitud de su amiga más cercana.

"Hum~, ¿me preguntó si seguirás diciendo eso cuando veas esas imágenes?"

Jeanne suspiro nuevamente y empezó a voltear para ver una imagen donde Acedia estaba disfrutando una merienda con dos personas.

Cuando Jeanne vio tal imagen quedó petrificada en el lugar por reconocer dónde fue tomada tal foto y que incluso era reciente, ella al estar de espaldas evito que todas las personas de la sala puedan ver su expresión.

Pero toda los miembros ya tenían una idea general del rostro que estaba haciendo.

"... ¿Cuando?... ¿Cuando fue tomada esta foto?" Jeanne hablo sin ningún signo de cambio en su voz queriendo saber la respuesta de la pregunta.

"Hoy, está mañana..." Aliyah sonrió para continuar con un detalle crucial. "O específicamente unos 5 minutos antes de que estos tipos hagan una reunión de emergencia."

Esa ángel no tuvo piedad para lanzarlos al infierno.

"¿Oh~?" Jeanne empezó a lanzar el mismo tipo de aura que Aliyah emitía antes.

Todos los apóstoles ya estaban preparándose para recibir el juicio de la Santa por ocultar está información de ella.

El motivo por el que ellos hicieron este plan fue en realidad muy sabido por todos los miembros del Vaticano.

Por algún extraño motivo la Santa Jeanne Valencia sentía una obsesión con ése ángel caído, tanto que dió una orden de notificarle en el momento exacto en que él sea visto en la ciudad.

Solo los miembros más antiguos del lugar tenían una idea del porque ella tenía ese tipo de sentimientos por ese caído. Pero...

"Bueno... No hay nada más que hacer, ¡Cómo ya se acabó la reunión no hay motivos para seguir aqui!" Ella dejó su expresión de hielo y empezó a mostrar una sonrisa brillante que solo un tipo de chica podría hacer.

"¡¡UGH!!...

Si... Para estos tipos, ver que su pura, idolatrada y sagrada Santa hacia la típica expresión de una doncella enamorada fue peor que cualquier golpe que hayan recibido por los demonios en todos sus años de servicio.

"Dejaré el castigo para ustedes para después, ¡ahora tengo que prepararme para salir!, fufufu," Jeanne empezó a caminar para salir del salón mientras reía imaginando diferentes citas con la persona de las fotos, tanto que ignoró totalmente a los miembros que convulsionaba y lanzaban vomitos de sangre por la envidia que sentían hacia ese caído.

"Pero antes de eso..." Jeanne se detuvo un momento girando su cabeza hacia la dirección de su amiga. "¿Aliyah, Por qué me ocultaste de la llegada de Acedia?." Jeanne no iba a dejar pasar tal detalle.

Pero aliyah que era su amiga más cercana fue totalmente inmune a sus amenazas, y peor...

"Fu,fu, obviamente lo haría, ya que, como tú amiga, sabía que ibas a quedar devastada cuando te enterarás que Acedia me invitó a una cita y no a ti"

¡Crack!

"Pero como me dolía tanto que no te enterarás de nuestra futura relación pensé que sería apropiado decirte de esto"

¡Crack!

"Si recuerdo bien, las palabras de Acedia fueron así... Aliyah te necesito conmigo, eres la única en la que pensaba y si dudas de mi con ésto ven a verme pronto..."

¡Crack!

"¡Lo siento~ Jeanne~!, pero como tú mejor amiga haré todo lo posible por alcanzar está felicidad en nombre de las dos"

Aliyah hablo de manera tan dramática y haciendo expresiones de dolor y lastima a la pobre chica solo para que se irritara más y ver como reaccionaba.

... Ella al estar tanto tiempo cuidando de Jeanne empezo a disfrutar cuando ella mostraba más expresiones aparte de esa fría máscara y fue muy fácil teniendo a Acedia como punto de quiebre.

Las paredes quebradas y el piso casi destruido del salón demostraba bien que tanto desequilibraba a Jeanne tales amenazas.

"Jajaja, bueno como soy una amiga tan generosa te permitiré acompañarnos... Sientete agradecida". Aliyah hizo esa declaración pomposa mientras sonreía y extendía una mano a su amiga antes de que ella llore o se encerrará en su habitación por envidia.

Aliyah, tu eres—!" Jeanne soltó una voz infernal hacia su amiga queriendo romper esa sonrisita de su rostro solo para detenerse cuando el proyector aún encendido mostraba una escena.

Tal escena era del vivido momento en que Acedia alababa a Muriel en público llamándola una esposa perfecta y como se atrevió a retar a todos sus 'pretendientes' por la mano de Muriel.

"…"

"…"

Ambas tuvieron una mirada vacía en sus ojos mientras miraban tal escena.

Esa escena también hizo que todos los miembros de la reunión junto con las dos caballeras templarias corrieran de la habitación temerosos de lo que sucedería. Ninguno de ellos quería estar cerca de dos chicas celosas capaces de partir a una persona por la mitad con sus manos.

E hicieron bien.

""¡¡ESE MALDITO—!!""" El gritó de dos chicas fue escuchado por todo el Vaticano.

Cómo a la vez el grito de dolor de múltiples muebles rotos que fueron sacrificados para aplacar su irá.