El sol poniente teñía el cielo de un anaranjado melancólico cuando Evie, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, fue arrastrada por un hombre alto, vestido de bata negra que se movía con la brisa y una capucha que ocultaba su rostro en sombras ominosas.
Sus pasos la llevaron lejos de la luz del día, adentrándola en las profundidades de una cueva oculta bajo tierra, donde la penumbra se apoderaba de cada rincón y el eco de sus pasos resonaba a la distancia. El aire húmedo y frio, y el susurro de gotas goteando en las rocas parecía una siniestra sinfonía.
"¿Dónde estoy?", sentía cada latido de mi corazón resonando en mis oídos mientras se adentraba a lo profundo de la cueva.
"No puedo moverme ¿me lanzo un hechizo de inmovilidad?", el miedo empezó apoderarse de mí, el hombre me condujo más y más profundo, hasta llegar a un rincón lúgubre donde cadenas oxidadas colgaban desde las paredes de piedras.
"¡E-espera!, ¿qué haces? "mí desesperación se hacía más fuerte, mientras observaba como el sujeto me encadenaba de las manos, tobillos y el cuello. El metálico sonido de las esposas retumbo en el silencio de la cueva, mientras intentaba mover mi cuerpo sin éxito alguno, mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, vislumbrando palabras en las paredes y hechizos indecipherables.
"Cuánto tiempo me vas a tener así ¡SUELTAME!" grite, pero el hombre no le importo ninguna de mis palabras, el permaneció en silencio observándome, el silencio parecía más aterrador que cualquiera cosa en ese momento.
Al poco tiempo de estar encerrada el hombre, me hablo de sus planes de venganza disfrazada de experimento, quería borrar a la nobleza y a la familia imperial. "¿Nobleza? ¿Familia imperial? ¿De qué hablas?", le preguntaba cada vez que me contaba de sus planes, pero nunca recibía respuesta de él.
Solo llevaba seis meses viviendo en este mundo con mis amigos, cuando llegamos nos dieron una casa de tres de pisos para vivir por un año, era de estilo antaño y moderno, pero estaba rodeada por una capa invisible y no nos permitían salir hasta cumplir el plazo, teníamos que aprender hechizos, defensa personal, controlar nuestros atributos y dominar el manejo del arma que elegimos.
Nolan y Aida se opusieron a seguir sus órdenes, no querían hacer nada hasta que no les dieran explicación de por qué nos tienen en ese lugar, yo los apoyaba y hacia lo mismo que ellos luego Fanny y Aleck se unieron, estuvimos en huelga por tres meses y medio, las cosas no cambiaron, nos prometieron aclarar todo malentendido si cooperábamos, los siguientes meses que siguieron, estuvimos estudiando y entrenando, pero cada día que pasaba extrañaba mi hogar y mi vida de allá.
Desde que llegue, he tenido la leve sospecha de ¿Por qué nos eligieron a nosotros?, se me hace extraño que nos eligieran, siempre me pregunto ¿Por qué?, pero no importa cuando piense no encuentro explicación, Aida es canadiense y mi amiga de la infancia, su mama y la mía son mejores amigas, por lo que crecimos como hermanas, Aleck fue mi crush platónico de la adolescencia y Fanny su novia, Nolan es romano, lo conocí en mi último año de instituto cuando me mude a Roma y luego estoy yo, mi mama es canadiense y mi papa romano, ¿Cuál es nuestra relación para que nos eligieran a nosotros?, incluso antes de venir teníamos 30 años y al llegar aquí, nuestra apariencia regreso a cuando teníamos 15.
Todo es confuso, incluso ahora que estoy encerrada y encadenada, sigo sin entender este lugar.
La cueva siempre permanece oscura, desde que llegue no he visto el sol, pero incluso al estar encerrada, me di cuenta que han pasado días, incluso más, no sé con exactitud, pero los momentos tranquilos que fueron al inicio cambiaron drásticamente.
El eco de los insultos del hombre resonaba en las paredes de piedra como una siniestra sinfonía, cada palabra hiriente era una cicatriz invisible en mi mente y corazón, su voz gélida y despiadada, era un recordatorio constante a mi vulnerabilidad en ese lugar, el impulso del momento de salvar a Fanny me deje engañar de la manera más tonta.
Me preguntaba cuanto tiempo podría resistir el contante asedio de los insultos de este hombre y cuando pensé que no podría ser peor, comenzó el maltrato físico.
Comenzó haciendo cortes en mis brazos para usar mi sangre en hechizos, me sellaba la boca con otro hechizo para impedirme hacer algún ruido, cada corte en mi piel era como aguja ardiente que atravesaba mi cuerpo, desgarrando lentamente mi carne. El dolor punzante y real, se extendía como fuego y el calor pegajoso de la sangre corría en mi piel, mezclándose con mis lágrimas y gemía en silencio.
La sensación de la hoja afilada rompiendo mi piel era acompañada con un estremecedor escalofrió, los cortes pasaban a mis piernas y cada lugar de mi cuerpo. Cada vez que, hacia eso, murmuraba que el color de mis ojos le eran desagradables. Incluso lo vi en algunos momentos sonreír, como si disfrutaba y encontrara placer al maltratarme.
A pesar del dolor insoportable y la desesperación, resistía con la esperanza de que algún día podría escapar de este calvario.
Pero este pensamiento era algo que se desvanecía con el tiempo, con los cortes se sumaron los golpes y más insultos, después de que su intento en varios hechizos fallara, su frustración la libraba conmigo, desesperación y agonía que me rodeaba como un abismo sin salida, no paraba el lamento de ser libre de nuevo.
Mi arrepentimiento de salvar a Fanny aumentaba, "si no la hubiera ayudado, ella estaría pasando lo mismo que yo", después de tener estos pensamientos me maldecía por pensar de manera odiosa y egoísta, desearle el mismo sufrimiento que yo no era algo que pensaría, pero soy tan vulnerable en estos momentos deseo tanto que Aida o Nolan lleguen ayudarme.
El hombre me alimentaba una vez al día, y cuando fallaba en sus planes, me dejaba días sin comer.
Desde hace un tiempo no escucho el sonido de mi propia voz, que empecé a olvidar como sonaba. Hablaba con mi mente misma, incluso llego a minimizarme ella misma, me estaba volviendo loca en este cautiverio.
"Quiero mi libertad de vuelta", este era el único pensamiento que tenía todos los días.
Al principio el hombre venía muy poco a la cueva, solo cuando era necesario comer o realizar sus extraños hechizos, al tiempo que fueron fallando, su estadía en el lugar se volvió larga, tanto así que llego a usarme como objeto sexual.
"D-Duele, Duele", el dolor que sentía cada vez que me violaba era un tormento y una agonía desesperante, junto con el asco de ser tocada por aquel sujeto con una horrible cicatriz de quemadura en el hombro derecho. "Detente", quería gritar que pare, que me dejara ir, pero el hechizo no me permitía moverme ni hablar, estaba agotada mental y físicamente, mi entrepierna cubierta de sangre palpitaba de dolor.
El deseo que ser encontrada y sacada de este horrendo lugar desaparecieron, y solo me llenaba las ganas de morir, la agonía que sentía era más profunda que cualquier sombra. Me preguntaba cuanto tiempo podría resistir el constante maltrato de este hombre junto a sus violaciones.
La profunda soledad y calvario que pasaba en la cueva, me envolvía formando un tormento que fue quebrando alma, cada día que pasaba se estiraban a la eternidad, y a los propios gemidos de este hombre demente, la cueva fría y lúgubre, era un testigo silente de mi angustia y sufrimiento, con paredes que no ofrecían consuelo ni escape.
"Ríndete, deja de resistir y acéptame, tu y yo somos uno", voces me atormentaba y hartando hasta el punto de desesperación, junto a un fuerte dolor de cabeza.
El tiempo perdía su significado mientras luchaba de manera psicológica, para no perder la cordura, los momentos de desesperación eran interminables y la añoranza de la libertad desaparecía más.
"Si te rindes ahora dejaras de sufrir, estas cansada ¿verdad?", las voces tenían razón, poco a poco iban convenciéndome.
"¿No comprendes que este es lo que vales?, deja que tu mente se adapte a tu nueva realidad", después de tanto tiempo el hombre solo pronuncio estas palabras, como si hubiera esperado que me derrumbe por completo, si fuera la Evie del principio me hubiera negado y resistiría con arrogancia, pero ahora estoy completamente cansada, quiero que todo termine.
"Acéptame Evie, ahora", las voces se hacían más fuertes, comparadas con los primeros días.
"De acuerdo, estoy cansada, ayúdame" con un leve susurro, pude decir estas palabras, pienso que es mi imaginación, porque es imposible que este sujeto liberara el hechizo de mí.
"Esas personas no te entiende como yo lo hago, te he buscado por tanto tiempo, un tono de cabello tan oscuro como el tuyo", dijo el hombre mientras me sujetaba de los hombros.
"¿Cuando llego?" con este último pensamiento cerré los ojos y quedé inconsciente por agotamiento.
Podía escuchar el leve sonido de las esposas abrirse, un sonido que añoraba libertad en el pasado, un deseo que nunca se cumplió.