Chereads / Reinicia el destino y Reune los fragmentos del pasado / Chapter 4 - CAPITULO 4: Sigue la búsqueda

Chapter 4 - CAPITULO 4: Sigue la búsqueda

Los canticos matutinos de los pájaros me arrancaron de mi sueño una vez más, anunciando el inicio de otro día. Las páginas del libro se alzaron suavemente con la brisa que se filtraba por la ventana abierta, mientras el rayo del sol acariciaba cálidamente mi habitación. Fije mi mirada en el exterior, observando a los caballeros entrenando en el patio.

"¡Señorita Aida!", llamo mi sirvienta con tono preocupado, ya acostumbrada a encontrarme en esa posición. "¿Volvió a dormirse en el escritorio?".

Mi respuesta fue un silencio pesado, pero ella no se dejó intimidar y continúo hablando con una sinceridad maternal. "Debería dormir lo suficiente, mi señorita. Su salud se verá afectada si continúa descuidándose de esa manera".

A pesar de mis esfuerzos de mantener distancia, Xenia y su hermano Leo persistían en su amabilidad hacia a mí. Aunque no les diera ordenes específicas, siempre estaban atentos a mis necesidades, procurando hacerme sentir cómoda en todo momento.

"Desde que usted llego, no la he visto dormir en la cama. Debería tomarse un tiempo para usted misma y luego retomar la búsqueda de su querida amiga", menciono Leo con una preocupación genuina mientras acomodaba mi desayuno.

Mis palabras salieron entrecortadas, cargadas de frustración y desesperación. "No puedo hacerlo... han pasado dos años y no tengo ninguna pista de ella", murmure, sintiendo como la impotencia me apretaba el pecho. Mordí mi labio inferior con fuerza. Parecía que yo era la única que seguía aferrada a la búsqueda de Evie.

Después de su desaparición nos mantuvieron encerrados durante seis largos meses. Incluso ahora que estamos libres, la búsqueda de Evie parecía una tarea imposible. Ni siquiera los demás estaban dispuestos a ayudar. Para ellos, la prioridad era ayudar al emperador para regresar a casa, pero ¿Qué pasaba con Evie? También ella quería volver a su hogar.

Hace un año y medio, cuando recién salimos de la cabaña, nos encontramos rodeados de nobles que se acercaban con halagos y regalos, pero detrás de sus palabras amables podía percibir su ambición por obtener poder. Pronto me di cuenta de que toda esa gente era hipócrita, pues nunca recibí ayuda de ellos para encontrar a Evie.

Decidí emprender algunas investigaciones por mi cuenta en la torre de magos, buscando pistas que pudieran llevarme hasta mi amiga desaparecida. Sin embargo, mi presencia no era bienvenida debido a mi estrecha relación con la familia imperial. Las miradas maliciosas y los intentos de sabotaje destrozaron mis esfuerzos, obligándome a abandonar aquel lugar hostil.

Retirándome al palacio, me encerré en mi propia cárcel, donde la única libertad que me permitían era visitar la biblioteca del lugar, y, aun así, solo podía hacerlo con la autorización del emperador.

Pero después de una larga búsqueda, la única información que logre descubrir fue que el anterior consejero del emperador, se convirtió en mago oscuro y que está detrás de la desaparición de Evie. A pesar de no conocer su identidad exacta, prometo encontrarlo y acabar con el con mis propias manos.

"toc, toc". Resonó la puerta.

"¿Quién es?". Pregunte al escuchar el golpeteo. El mayordomo aguardo mi pregunta antes de responder. "Señorita Miller, soy Frederick. El emperador solicita su presencia en el salón principal". Sin esperar mi respuesta, el mayordomo se retiró dejándome en silencio, con el peso de la invitación del emperador sobre mis hombros.

"Supongo que no tengo opción", murmure mientras me encaminaba hacia la ducha. "Xenia, por favor, prepara mi uniforme militar para la reunión con el emperador", ordene con una tranquila voz antes de añadir: "Leo, asegúrate de llevar el desayuno. Comeré más tarde".

"Perdón, señorita, pero debería desayunar primero", insistió Leo con timidez.

"Comeré más tarde", replique. Leo suspiro visiblemente, luego se retiró de la habitación. La incomodidad de tener a un niño de 12 años a mi lado para dar órdenes me invadió, recordándome que antes fui una mujer de 30 años antes de venir aquí.

***

Siempre procuraba evitar los encuentros del emperador. Sabía que él me asignaría a una unidad para cazar bestias y demonios de la zona o me pediría que asumiera el puesto de escolta de la segunda princesa. Siempre cumplía rápidamente sus órdenes de caza, pero encontraba cualquier excusa para eludir la responsabilidad de ser escolta. Para mí, lo más importante era continuar la búsqueda de Evie.

Al llegar a la imponente puerta del salón, los guardias anunciaron mi llegada mientras me abrían paso a través de la majestuosa estructura que erguía frente a mí, mis ojos se negaban a creer en la escena que se desplegaba ante ellos.

A medida que avanzaba, las miradas curiosas se posaron sobre mí, creando un silencio momentáneo que anunciaba mi entrada de aquel lugar imponente.

Entre las sombras de la vastedad del salón, descubrí rostros que mí me memoria se obligaba a olvidar, figuras destacadas que, de aluna manera se hallaban presentes en aquel lugar, una mezcla de emociones se apoderaba de mí, y me di cuenta que este encuentro será diferentes a los anteriores.

"¿Qué trama el emperador ahora?, es un dolor de cabeza". Murmure y suspire.

Continúe mi camino, pasando de largo y haciendo una reverencia al emperador, dejando atrás las miradas y los murmullos de la multitud. Sin embargo, mi determinación se vio interrumpida por la voz de Nolan.

"¡Hola Aida, tanto tiempo sin verte! ¿Cómo has estado?, dijo con una familiaridad que no merecía.

Decidí pasar por alto su incomodo saludo, mi enojo hacia él se agudizaba cada vez más, alimentando por la frustración de su falta de cooperación en la búsqueda de Evie.

Después de ignorar a Nolan, dirigí mi atención al emperador. "Emperador", inquirí con respeto, "¿Cuál es el motivo que nos ha reunido a todos en este lugar?". Las miradas expectantes de la asamblea se clavaron en mí, mientras aguardaban la respuesta dé la máxima autoridad que presidia en aquel lugar.

La risa del emperador resonó en el salón, una melodía que se extendió y se deslizaba por el aire. "Jajajajajaja, siempre directa, señorita Miller", comento con una leve sonrisa que, aunque sutil, envió un escalofrió por mi nuca. Su mirada penetrante permanecía fija en mi mientras continuaba hablando con determinación.

"Quiero que lideres a tus amigos hasta el territorio Thundervale, que está bajo la gestión de los Campbell. Allí, deben exterminar al demonio capital que ha sembrado el caos desde hace una semana por esos lares", pronuncio con un tono que indicaba la seriedad de la encomienda.

La noticia cayó como una losa sobre mis hombros. La tarea no solo era peligrosa, sino que también involucraba a la peste que no quería lidiar. "¿Demonio capital? ¿Los reyes demonios despertaron?", pregunte. "Según los informes el demonio tiene apariencia humana y alas negras, pero no tenemos más información del caso". Mantuve mi compostura frente al emperador, pero la preocupación y la incertidumbre tejieron su telaraña en mi mente.

"¿Cuándo partimos a Thundervale su majestad?", pregunte impaciente. "Esta misma noche se pondrán en marcha, solo lleven lo esencial y no se distraigan con asuntos ajenos a su deber", replico su el emperador con una fría voz. "Entendido, su majestad Emperador", respondí con determinación y salir del lugar a pasos agigantados directo a mi habitación.

Salí del salón con prisa, dirigiéndome directamente hacia donde había dejado la fotografía con Evie. Era obvio que el emperador no quería que perdiera el tiempo en búsquedas sin frutos, pero aquel lugar representaba el punto más lejano al que había viajado, y necesitaba, al menos, una pequeña oportunidad.

Mientras caminaba por el pasillo en dirección a la puerta principal para marcharme, reflexionaba sobre las palabras del emperador. Si aquel individuo era un demonio con apariencia humana y alas, podría tratarse de un demonio capital, aunque eso aún no estaba confirmado.

***

En este mundo, existen los 7 Reyes Demoniacos, encarnaciones de los 7 Pecados Capitales, cuya mera presencia tiñe de caos y desolación todo a su paso. Pero en la balanza cósmica, también se alzan los 7 Reyes Celestiales, portadores de las 7 Virtudes Divinas, quienes son los únicos seres capaces de hacerle frente a sus opuestos y mantener el equilibro.

Hace milenios, las tierras fueron testigos de la Primera Guerra Santa, un cataclismo desatado por el enfrentamiento entre los 14 seres inmortales. Esta épica contienda marco a cada rincón del mundo y a sus habitantes, dejando cicatrices en el tejido mismo de la realidad. 

Desde entonces, se ha sabido que ninguno de estos seres puede existir sin el otro, pues la oscuridad no puede prevalecer sin la presencia de la luz, y viceversa.

En las páginas de la historia, se narra que las 7 Virtudes Divinas tomaron la decisión de sumirse en un profundo sueño, buscando preservar y sanar sus cuerpos dentro de hermosas lapidas de cristal, ocultas en lo más recóndito del Limbo. Mientras tanto, los 7 Pecados Capitales resguardaron sus esencias en preciosas lapidas de ágatas negras con el mismo propósito, y ocultas en los Campos Elíseos.

Tras el devastador conflicto de la Primera Guerra Santa, las almas de los 14 seres inmortales emprendieron un viaje astral por todo el mundo en busca de jóvenes encarnaciones compatibles con ellos. Su propósito: prepararse y reclamar su lugar en la siguiente confrontación, que tiene lugar cada mil años.

Y mientras el mundo sigue su curso, las semillas del destino germinan en las almas de aquellos destinados a convertirse en los nuevos portadores de antiguos poderes y calamidades.