Hace un año secundaria Lewis.
Escarlet Barnaul está sentada en su pupitre mientras mira como sus amigas tienen una charla animada. Ella viste su uniforme escolar de manera cuidada, a la vez que luce una amigable sonrisa. Sus ojos carmesís brillan cálidamente, y su largo cabello resplandece con mucha hermosura. Esto la hace encajar en el estereotipo de ser una chica inocente y gentil.
— ¿Oye? Te enteraste de que Gael de la clase A-2 le fue infiel a su novia—menciona una de sus amigas mientras susurra en voz baja para que nadie la escuchara.
—Hmm…siento que los chicos que son infieles. No saben valorar a sus novias, ni saben cuánto daño provocan al hacer eso—menciona la voz aburrida de una de sus amigas, la cual tiene una expresión arrogante en su rostro a la vez que se deja caer en el soporte de la silla.
Sus amigas están opinando sobre la infidelidad de una relación ajena de manera casual. Escarlet mira todo esto con tranquilidad mientras sus amigas empiezan a competir de que tan profundas son sus opiniones. El ambiente de la conversación es animado, y le resulta curioso de que ellas mantengan todo esto de manera energética.
—Los chicos nunca entienden las consecuencias de sus actos, y simplemente ceden a la emoción del momento—dice una de sus amigas mientras sujeta su cabello para hacer una cola de caballo, a la vez que luce seria.
Ellas empiezan a pensar sobre esto, y poco después colocan en sus rostros expresiones de resignación. De pronto ellas fijan sus miradas en Escarlet, quien se encuentra en silencio. La cual no ha opinado nada sobre tema al estar como una espectadora. Todas ellas muestran algo de aburrimiento e inquietud debido al poco interés que ella demuestra a la conversación.
—Escarlet, tú qué opinas—dice una de sus amigas de manera casual.
Empieza a pensar sobre el tema e intenta imaginar una situación así, pero no tiene mucha certeza de que tan correcto es la emoción que siente al haber supuesto algo como esto en su cabeza. Ella intenta entender las circunstancias, pero le resulta imposible entenderlo. Ya que nunca ha vivido algo así y toma un poco de aire antes de hablar.
—Creo que alguien que es infiel no puede justificarse, ya sea por un momento de desliz o porque está confundido. Si estas en una relación, no es correcto rechazar a esa chica y respetar tu relación—menciona mientras mira a sus amigas.
En medio de esa pequeña pausa. Escarlet sigue con lo que quiere decir.
—No obstante—menciona—, no se puede decir que es correcto culpar a los chicos por completo. Porque también hay chicas que pueden ser infieles ¿Saben?
Al escuchar esto, ellas lucen confundidas mientras se ven incomodas. Una de ellas empieza a hablar repentinamente a la vez que mira a Escarlet.
—Pero los chicos son los más infieles y son muy buenos mentirosos—protesta una de sus amigas ante esta opinión.
Ella se mantiene seria mientras mira a su amiga. Y empieza a pensar en las palabras de su amiga, antes de contestar. Las demás se quedan esperando la respuesta de Escarlet en completo silencio.
—Eva, tú tampoco puedes afirmar que nunca has dicho una mentira, y peor aún que nunca te has equivocado—responde de manera tranquila.
—Acepto eso—dice Eva para poco después continuar—, pero los chicos siempre mienten descaradamente para todo, y por esa razón no se pueden confiar en ellos.
Eva luce muy molesto al terminar de hablar. Escarlet no quiere sonar como si se estuviera inclinando por algún bando. Y sabe perfectamente que todos pueden mentir, ya sean para decir mentiras compasivas o para engañar. Esto no quita el hecho de que tanto mujeres y hombres hacen lo mismo. Algunos lo hacen de maneras muy descaradas, además de intentar manipular a la otra persona y vivir en base de dicha.
—No crees que es injusto que se culpen solo a los chicos de ser infieles—menciona para después seguir—, es como si tratáramos de evitar nuestras responsabilidades y excusarnos de que no cometemos errores, no mentimos, no somos infieles, etc. Con el único objetivo de culpar a la otra parte de nuestras carencias y errores.
— ¡No sé por qué estas defendiendo a los chicos infieles! —Eva recrimina molesta.
—No estoy defendiendo a nadie—dice Escarlet tajantemente—, solo estoy diciendo que es injusto culpar solo a una parte mientras la otra se le quita la responsabilidad
Al escuchar suficiente, sus amigas se levantan de sus asientos repentinamente. Es como si hubieran recordado que tienen que hacer algo con mucha urgencia.
—Lo lamento Escarlet. Podemos dejar hasta aquí esta conversación—dice su amiga que tiene sujetado su cabello en una cola de caballo.
—Sí, acabamos recordar que tenemos algo que hacer—pronuncia otra de sus amigas fingiendo algo de prisa.
Todas ellas empiezan a caminar rápidamente en dirección a la puerta del salón de clases mientras fingen una sonrisa en sus rostros.
—No vemos—dice mientras se despide con una amable sonrisa.
Cuando ellas salen del salón de clases. Escarlet se queda completamente sola en su pupitre, y mira como sus compañeros de clase iban y venían. Paso varios minutos hasta que observa como uno de sus compañeros de clase borra los apuntes de la anterior clase del pizarrón. Poco después ella se encuentra aburrida y saca su celular de su falda para empezar a jugar algún juego que tiene instalada en su celular.